Diciembre y altibajos emocionales: ¿Por qué?
Diciembre es un mes que trae altibajos emocionales y de forma casi inevitable, nos hace mirar hacia atrás y, al mismo tiempo, nos empuja a avanzar. Las casas llenas de lucecitas, las reuniones con seres queridos o amigos que hace tiempo no veías, los abrazos que tanto esperábamos… pero también las ausencias que pesan y las emociones que no siempre sabemos cómo manejar.
Es como si todo lo que hemos vivido durante el año regresara a nosotros, de golpe y sin aviso, para recordarnos cuánto hemos avanzado, pero también cuánto nos queda por transitar. Y está bien. No hay un manual que diga cómo "sobrevivir" a diciembre, porque este mes no necesita ser perfecto, ni vos tenés que estarlo.
La nostalgia puede aparecer en medio de una cena festiva. El cansancio acumulado del año puede sentirse más fuerte justo cuando queremos disfrutar. La clave no está en evitar sentir, sino en aprender a permitirnos hacerlo. La alegría, la tristeza, la gratitud y hasta el agotamiento son válidos. Todas esas emociones nos recuerdan algo esencial: que somos humanos.
El arte de regalarte pausas
Entre tantas reuniones, tareas pendientes y "últimos esfuerzos del año", es fácil olvidarnos de nosotros mismos. Pero diciembre también puede ser un momento para detenerte. Un respiro en medio del ruido. Un instante para preguntarte cómo te sentís de verdad. Quizás lo que necesites no sea tanto cumplir con todo, sino soltar un poco. Tal vez no se trata de sumar eventos a tu agenda, sino de encontrar espacios para abrazarte a vos mismo, con la misma ternura con la que abrazás a los demás.
Conectar con los demás, pero sobre todo con vos mismo/a
Diciembre nos invita a conectar, no solo con quienes amamos, sino también con nosotros mismos. Es un buen momento para reflexionar sobre qué relaciones te llenan y cuáles pesan más de lo que deberían. Es la oportunidad perfecta para evaluar tus propios límites y decidir qué querés llevar al próximo año y qué preferís soltar.
El espíritu festivo no debería ser una presión, sino un recordatorio: lo más importante no es todo lo que logres hacer, sino cómo lográs estar presente. Así que, si este diciembre trae consigo altibajos emocionales, recordá que no estás solo. La clave no está en huir de esas emociones, sino en aceptarlas y permitirte ser.
Aunque diciembre a veces nos abrace y nos desarme, siempre guarda en su esencia la posibilidad de un nuevo comienzo.
Comments